lunes, 9 de noviembre de 2009

Tendencias

Por Solange Massacessi y Florencia Herrera
La noche adolescente
Hay un ritual que ilumina la noche adolescente. Sí, a las 10 u 11 de la noche comienza la previa, las salidas nocturnas del fin de semana en donde se realiza el encuentro antes de ir a bailar. Allí se preparan las bebidas, que les dará el estímulo necesario para comenzar la noche. Lo que buscan no es disfrutar del placer por el sabor del alcohol, sino el efecto que éste les produce, el estado de embriaguez que ayuda a levantar inhibiciones y les permite conductas que de otra manera no se animarían; como si el único modo de acercamiento posible fuera en estado de aturdimiento y semiinconsciencia. De allí, los preparados que permiten todo tipo de combinaciones hasta donde el presupuesto les permite. Están los baldes, tragos especiales, donde combinan vodka, vino, sidra o bebidas energizantes con jugos de fruta. Después de dar finalización a la previa, los adolescentes concurren a boliches depende de su gusto de música.
Cuando entran, ya ebrios, buscan pelea por rivalidades de barrio o por parejas. La seguridad del boliche (patovicas) los sacan afuera y los golpean, cuando salen los que se estaban peleando adentro, afuera se agarran con lo que encuentran a su paso como adoquines, botellas, palos, cualquier cosa que lastime es justo para la ocasión. Después vuelven cada uno para su barrio y planean la próxima salida.

Solange Massacessi y Florencia Herrera
4º 1ª TM

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